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El despido objetivo en España es una figura legal que permite a las empresas terminar la relación laboral con un trabajador bajo ciertas circunstancias específicas establecidas en el Estatuto de los Trabajadores. Comprender las causas, el proceso y los derechos del empleado es esencial para abordar esta situación delicada.
¿Qué es el Despido Objetivo?
El despido objetivo hace referencia a la terminación de un contrato de trabajo por razones que no tienen que ver con la conducta del trabajador, sino con situaciones como cambios organizativos o económicos en la empresa. Su regulación se encuentra en el artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores y contempla varias causas posibles.
Causas del Despido Objetivo
Las causas más comunes por las que se puede llevar a cabo un despido objetivo incluyen:
- Ineptitud del trabajador conocida o sobrevenida después de su colocación efectiva en la empresa.
- Falta de adaptación a las modificaciones técnicas operadas en su puesto de trabajo.
- Excedencias económicas, técnicas, organizativas o de producción.
- La necesidad de amortizar puestos de trabajo.
Proceso y Notificación del Despido
Para ejecutar un despido objetivo, la empresa debe seguir un procedimiento específico que incluye:
- Comunicación escrita: El empleador debe notificar al trabajador por escrito la causa del despido.
- Período de preaviso: Un plazo de 15 días desde la notificación es obligatorio.
- Indemnización: Debe entregarse una indemnización de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades.
Derechos del Trabajador en el Despido Objetivo
Los trabajadores tienen derechos clave durante un despido objetivo:
- Recibir la indemnización que corresponda.
- Acudir a la conciliación laboral o interponer demanda ante el juzgado de lo social si consideran que el despido no está justificado o es improcedente.
- Derecho a 20 horas de permiso retribuido para buscar nuevo empleo durante el preaviso.
Impugnación del Despido Objetivo
Plazos y Procedimiento
El trabajador dispone de un plazo de 20 días hábiles desde la fecha de efectividad del despido para impugnarlo. Este proceso puede iniciar a través de un acto de conciliación o directamente por demanda ante el Juzgado de lo Social.
Posibles Resultados de la Impugnación
Tras la impugnación, el despido puede ser declarado procedente, improcedente o nulo. Cada una de estas resoluciones conlleva diferentes consecuencias tanto para la empresa como para el trabajador, desde la confirmación del despido hasta la readmisión o indemnización aumentada.
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